La policía encuentra a Romy al costado de una carretera. Herida. Con la ropa revuelta. Algo atroz escrito con lápiz de labios en su estómago. Y sin poder recordar nada. No fue la única chica desaparecida esa noche, aunque sí la única en regresar a casa. ¿Por qué ella sí y la otra chica no?
Al estrés postraumático, a la desesperación por recordar y a la necesidad por descubrir al culpable, se le sumará el rechazo de todo el mundo. Porque, al parecer, no hay mayor pecado que el que una chica aparezca con vida mientras otra sigue perdida.
Y deberá pagar por ello.
La harán pagar por ello.
Con toda la furia es un libro poderoso y cargado de dolor que explora los prejuicios sociales hacia las victimas que se animan a alzar la voz y exigir justicia.