Algunos piensan que los que tienen la cabeza en las nubes no tienen los pies en la Tierra, es decir, que son distraídos... pero no es cierto. Mirar con atención las nubes puede ser muy útil para desarrollar la imaginación, despertar el artista que llevas dentro y entrenar tu sentido de la observación. Además, es una actividad relajante y placentera para nunca aburrirse.
¿Quieres comprobarlo? Lee y pon en práctica este libro en el que quince ilustradores de diferentes países del mundo te invitan a imaginar, dibujar y aprender a partir de una selección de fotografías de nubes.