Ser un buen comunicador es una garantía de éxito, tanto en la vida personal como en el trabajo. En todos los ámbitos el ser humano tiene la necesidad de comunicarse y saber hacerlo es un aprendizaje que podemos dominar. La mente y el cuerpo tienen unos mecanismos que se activan cuando nos enfrentamos a una audiencia, y en su conocimiento radica el mayor o menor éxito que tengamos.