Dante Alighieri creció con la imagen del heróico tatarabuelo en su alma, y permaneció ahí como un poderoso arquetipo. Por ello, no tuvo más remedio que elegir el oficio de poeta y el de caballero, pero de tal manera combinados que se convirtieron en uno solo, que fue el oficio de Dante, cuyo género es único e irrepetible.
Lo que aquí se narra es la génesis y el desarrollo de ese oficio, que en el caso de Dante no consiste solamente en el arte de escribir poemas, sino de vivir poéticamente, lo que es propio de todos aquellos, sean poetas o no, en los que está la voluntad de darle un sentido trascendente a la vida propia, lo cual va más allá del nombre, de la familia o del tiempo y del espacio.