Es un viejo prejuicio que la facultad de pensar distingue al hombre del animal. Nosotros queremos dejar esto bien afirmado. Lo que el hombre tiene de más que el animal lo posee por el pensamiento. Todo lo que es humano, lo es sola-mente porque el pensamiento está activo en ello; puede tener la apariencia que quiera: en tanto que se es humano, se es solamente por el pensamiento.
El hombre se distingue del animal solamente por esto. Pero el pensamiento, en tanto que es lo esencial, lo sustancial, lo activo en el hombre, tiene que ocuparse de una infinita multiplicidad y diversidad de objetos.