Hemos preferido que a las convencionalistas definiciones dogmáticas de la moral y la ética, siempre inciertas y controvertidas, presentar textos que contienen esos valores insertos en discursos, proclamas, apreciaciones históricas, admoniciones justicieras y, a su vez, díceres erísticos que suscitan discusiones, diatribas que al final son un modo cierto de gimnasia intelectual. Uno de los cardinales objetivos de este pequeño libro es arremeter contra la creencia de que la ética y la moral son instintos ya que si fuera así los animales también serían personas. La moral en tanto conducta y comportamiento así como la ética como conducta colectiva y reflexión sobre la moral, son esencialmente una pedagogía racional, un lenguaje que se aprende para la vida convivencial y confraternal, es decir, una especie de llave maestra que nos enseñe a accionar aun en situaciones límite.