Este libro constituye el primer esfuerzo sistemático para abarcar los múltiples factores que contribuyeron al estallido de la guerra de la Triple Alianza. Su autor, un historiador británico, supera los anteriores prejuicios nacionalistas de investigadores no objetivos. Y, sobre todo, aporta en estas páginas un estudio fundamental relacionado con los documentos que los representantes diplomáticos de Estados Unidos y Gran Bretaña enviaron a sus gobiernos sobre el conflicto.