El periodismo paraguayo, tal como lo conocemos hoy, se inició con La Regeneración el 1 de octubre de 1869 con esta divisa: "La felicidad del Paraguay; nuestra norma, la ley; nuestro partido, el pueblo; nuestra bandera, la libertad, el progreso; nuestra ciencia social, la educación del pueblo...". Estas buenas intenciones pronto quedarían sepultadas bajo una realidad que marcó la vida del periodismo paraguayo. Por más de un siglo, la prensa padeció la arbitrariedad, el autoritarismo, la barbarie, que se complacían en asfixiarla. Sin libertad no hay periodismo, salvo el remedo, sostenido por los que mandan por encima de la Constitución y las leyes. O cumplen leyes dictadas por ellas mismas para blindar sus injusticias.