El retrato de Dorian Gray es una de las obras cumbres de la literatura universal y constituye una de las máximas expresiones del talento de su autor, Oscar Wilde. Al mismo tiempo de ser una extraordinaria novela, es un fiel reflejo de esa aventura inacabable del ser humano en la búsqueda de la eterna juventud y de la belleza perenne, objetivo para cuyo logro algunos, como el caso específico de Dorian, no dudarían en recurrir hasta a entregar su alma al diablo. En esta obra, Oscar Wilde pone al desnudo la hipocresía suprema que reina en las denominadas clases altas, las que giraban en torno a la nobleza británica. El autor baja luego hasta los ambientes más sórdidos de Londres para demostrar que, al final, la conducta humana puede ser tan vil más allá de la clase a la que pertenezcan los protagonistas.