Francia y el siglo XIX han sido pródigos en grandes escritores como Víctor Hugo, Alejandro Dumas (padre e hijo), Gustavo Flaubert, entre muchos otros. Flaubert decía que el motivo del prodigioso éxito de las novelas de Dumas es que para leerlas no se necesita ningún tipo de iniciación, y su acción es divertida. El 30 de noviembre de 2002, cuando el presidente francés Jacques Chirac ordenó que los restos mortales de Dumas fueran trasladados al Panteón de París, dijo, dirigiéndose al escritor fallecido ciento treinta y dos años atrás: "...con Ud. nosotros fuimos D'Artagnan, Montecristo o Bálsamo; recorrimos las calles de Francia, participamos en batallas, visitamos palacios y castillos; con Ud. nosotros soñamos". Ahora nos toca soñar a nosotros, de la mano de El Lector y Última Hora, que han tenido el tino de incluir ésta, la más famosa novela de Dumas (padre), entre los títulos de clásicos de la novela de aventuras de esta colección de Grandes Relatos de Aventuras.
Raúl Silva Alonso.