En marzo de 1868 el Mariscal se instaló en San Fernando, al norte de la desembocadura del río Tebicuary. Durante su estadía en ese campamento, López se sintió objeto de un complot en su contra, del que habrían participado muchos de sus más allegados, incluidos sus hermanos, hermanas, cuñados y su madre. Varios de ellos fueron condenados a muerte. Este libro pretende esclarecer, por lo menos en parte, aquellos procesos militares que llevaron a la muerte a cientos de compatriotas y extranjeros en una de las páginas más oscuras de la Guerra de la Triple Alianza.