Augusto Roa Bastos afirmó: Barrett nos enseñó a escribir a los escritores paraguayos de hoy, nos introdujo vertiginosamente en la luz rasante y al mismo tiempo nebulosa, casi fantasmagórica de la realidad que delira, de sus mitos y contramitos históricos, sociales y culturales.
Estos cuentos breves son ceñidos, estrictos y en ellos la condensación del sentido de lo relatado alcanza su máxima eficacia de significado humano y social. El estilo y la lengua de Barrett juegan con los recursos retóricos, los que en sus manos encuentran una gran virtualidad.