El teatro de Federico García Lorca (1898 1936), impregnado de la simbología poética que acompañó toda la vida creativa del autor, tiene en Bodas de sangre, estrenada en Madrid en 1933, una cumbre.
La gran protagonista de esta obra estremecedora y de dinámica acuciante es la muerte. Alrededor de ella giran todos los demás, como si estuvieran al servicio de un sino que va conduciendo los hechos hacia el cumplimiento fatal. Es Federico García Lorca en estado de gracia.