He aquí al desgraciado y glorioso joven Werther, vistiendo el romántico frac azul con botones dorados y con sus cabellos revueltos. Helo ahí en el diseño de tapa escribiendo las confidencias de sus dolores que son los de su siglo. Sentado frente al sécretaire del siglo XVIII, con los dos pistolones, uno de los cuales ha de taladrar con su bala la frente del joven. El de Werther, que presentamos en esta edición, es un caso representativo, y de ahí se deriva su interés permanente...