Extraordinaria pianista, compositora de talento, pedagoga severa, ferviente enamorada, musa fiel, abrumada madre de familia; Clara Schumann fue todo eso y mucho más.Desde sus brillantes comienzos como niña prodigio, admirada por Goethe y por Paganini, hasta la gloria de sus años de madurez, cuando toda Europa la celebraba, Clara entregó su vida a la música.
Fue la virtuosa más grande de su siglo, y frecuentó a todos los genios de la época: Mendelssohn, su compañero en muchos conciertos; Chopin, cuyas obras tocó desde su juventud; Liszt, que la fascinaba y la exasperaba al mismo tiempo; y también Wagner, a quien detestaba como músico.
La vida de Clara también estuvo marcada por el amor a un hombre, Robert Schumann, uno de los grandes genios del romanticismo musical, que la conmovió cuando aún era una niña, y con quien logró casarse solo después de ganarle un juicio a su padre, que se oponía a esa unión. Tuvo ocho hijos con Schumann, y lloró la temprana y dramática muerte de su marido durante cuarenta años.