Hamburgo, 1939Adella Kinderman, de ascendencia judía, es una chocolatera asentada en Alemania donde halla refugio en Schokolade Gold, una pequeña chocolatería que adquiere exquisita nombradía gracias a su talento. Su monotonía se ve interrumpida cuando conoce a Friedrich Kießling, un destacado teniente de las SS. Entre ambos surge una pasión tan correspondida como prohibida que, discurriendo paralela a los virulentos eventos de la guerra, forja su propia contienda en la que deben vencer a los prejuicios para hallar la felicidad.