Chicken Street es la calle principal de Kabul, donde viven los dos únicos judíos de Afganistán. Simon, el zapatero, amante de las botas vaqueras y de un estilo de humor que no siempre agrada a su amigo Alfred, el escritor de cartas por encargo que guarda las llaves de la sinagoga y adora el tango.
Un día, la hermosa Naéma, que oculta su belleza bajo la burka, va en busca de Alfred, a quien no conoce, y le suplica que escriba una carta en su nombre a un periodista estadounidense al que amó sólo una noche, bajo las bombas, y de quien espera un hijo.
Chicken Street transcurre entre Kabul y Nueva York, mientras los dos judíos y Naéma esperan la respuesta de Peter, el periodista. Y todo se convierte en una vertiginosa tragicomedia agitada por la Historia.
¿Nacimiento o lapidación? ¿Chicken Street o Manhattan? ¿Cartas falsas o promesas verdaderas? El destino oscila, duda, ríe, gime.
En esta novela, en donde lo maravilloso rivaliza con la locura de los hombres, los hechos suceden bajo la mirada de ese Dios ocurrente del que Woody Allen dijo: Si en verdad existe, espero que tenga una buena excusa.