Casa de muñecas es la obra más representativa de Henrik Ibsen, el fundador del teatro moderno. En ella, el escritor noruego retrata la situación de la mujer en la sociedad del siglo XIX a partir de la vida de Nora Helmer, que no sólo se convirtió en su personaje más emblemático, sino que llegó a ser un ícono cultural de la liberación de la mujer y la igualdad de género. Casa de muñecas tiene como protagonistas a Torvald Helmer y a Nora, una pareja de buena posición económica que se casó hace ocho años y tiene tres hijos. Durante la época navideña, la familia es notificada sobre el ascenso laboral de Torvald, quien en Año Nuevo sería nombrado director del banco en el que trabaja. A raíz de ello, su esposa expresa su alivio por no tener la presión del ahorro pero Torvald le aconseja tener cuidado ya que su primer sueldo correspondiente al flamante cargo que se le ha asignado recién llegará tres meses más tarde. En medio de esos cambios, aparece en escena Christine Linde, una amiga de Nora que llega de visita tras diez años de ausencia. En ese lapso, la mujer contrajo matrimonio con un hombre acaudalado pero, cuando él murió, ella no heredó nada y se vio obligada a encontrar empleo para poder mantener a su madre y hermanos. Lejos de sentirse aliviada por esta acción, Christine experimenta un vacío interno y la necesidad de conseguir un trabajo nuevo, razón por la cual su amiga le ofrece ayuda. A su vez, Nora le cuenta a Christine cómo ha sido hasta el momento su vida de casada y, en ese contexto, le confiesa haber falsificado la firma de su propio padre para poder viajar a Italia junto a su marido y su primer hijo, una actitud que, tras ser descubierta por un abogado, la ha convertido en víctima de una extorsión...