Además de escribir novelas y cuentos a los que debe su fama, Julio Cortázar se dedicó con igual intensidad a la escritura de una enorme cantidad de cartas, un conjunto que equivale a esa autobiografía que nunca intentó, y que, por su volumen y su riqueza, es una parte fundamental de su creación literaria.
Entre ellas se destacan éstas que publicamos ahora, enviadas al pintor y poeta argentino Eduardo Jonquières, a quien lo unieron cincuenta años de amistad. El conjunto es de una extraordinaria importancia porque se da en ellas algo inusual en el autor, que se permite confidencias, consejos y discrepancias: son atisbos al Cortázar más secreto. Constituyen también la crónica detallada de los primeros años de su instalación en Europa, decisivos en su formación estética y de los que apenas hay testimonio.
Como obra del artista que fue, son a la vez crónica de viaje, crítica de arte y literatura, episodios de un humorista irresistible, ejercicios de introspección, reflejo de la historia y de los cambios de la vida social del siglo xx. El lector descubrirá aquí las alternativas del alejamiento de Buenos Aires, las estrecheces de sus primeros años en París, el nacimiento de los cronopios, los problemas en la traducción de la prosa de Poe, los viajes por todo el mundo. Este libro interesará sin duda a los cortazarianos pero también a todos aquellos amantes del arte, los viajes, la amistad, la vida.