Este libro abreva en una tradición doble: el género epistolar y las clases de literatura. Más que clases, más que cartas, Cartas a jóvenes poetas –título que espeja a Rilke de manera consciente e intencionada– abre un espacio que permite el goce compartido de los libros, la invitación a escribir a través de la lectura, a leer mientras escribimos. En este camino, Gabriela Borrelli Azara ilumina zonas poco transitadas de nuestros cánones literarios para sacudir la idea de “lo que hay que leer”, discutir procedimientos, lugares preeminentes y oscuridades inexplicables. Estas cartas son también una respuesta a las preguntas que surgen en talleres de literatura, en medios, en charlas, en las conversaciones íntimas de las relaciones amorosas. La autora susurra a cada joven poeta que vive en cada lector/a de poesía. Joven como vocativo cómplice, de juventud lectora y forma de estar en el mundo. Poetas jóvenes en cualquier instancia de la vida en que se encuentren al hacerse presente el primer verso, escrito o leído, descubrirán aquí nombres, poemas, anécdotas que se trenzan con gracia e inteligencia en textos cargados de preguntas que muchas veces escapan a la poesía pero siempre la habitan. Este libro es un placer, de principio a fin. ¿Podés rastrear en tu sed tu primer poema? No el escrito, el leído. Ese recuerdo, te puedo asegurar, nos une. Promete que nos encontraremos en otra conversación sobre la sed o la lectura, que en mi vida se parecieron mucho.