En el legendario mundo de los Siete Reinos; donde el verano puede durar décadas y el invierno toda una vida; y donde rastros de una magia inmemorial surgen en los rincones más sombríos; la tierra del norte; Invernalia; está resguardada por un colosal muro de hielo que detiene a fuerzas oscuras y sobrenaturales.
En este majestuoso escenario; lord Stark y su familia se encuentran en el centro de un conflicto que desatará todas las pasiones: la traición y la lealtad; la compasión y la sed de venganza; el amor y el poder; la lujuria y el incesto; todo ello para ganar la más mortal de las batallas: el trono de hierro; una poderosa trampa que atrapará a los personajes -y al lector. Los paisajes tienen más en común con la cadencia de Shakespeare; la intensidad de Kipling o el sentido aventurero de Melville; que con la épica de Tolkien.
El auténtico ariete de Martin son las esquirlas del alma humana; y sus criaturas se desenvuelven en los territorios de lo carnal sin necesidad de magia o fuegos artificiales. No hay en la obra del escritor anillos ni pócimas; sino espadas; ejércitos y muros. En las páginas de Martin conviven Hamlet y Chéjov; Milton y Dickens; Conan y El Rey Arturo; en una extraña mezcla que avanza con puño de hierro; sustentado en un pilar gris y oscuro: la certeza de que lo peor aún está por llegar.