A lo largo de las cinco décadas de su carrera, Bowie no dejó de redefinirse y evolucionar como artista. Durante este proceso, colaboró con músicos legendarios y no dejó de atraer a nuevas generaciones de fans. Aunque se dedicó sobre todo a la música, Bowie también fue actor, pintor, productor, esposo, padre y amigo. Su muerte, en 2016, conmocionó a los fans de todo el mundo.
Bowie fue un individuo único, un pionero, un mensajero, un hombre venido de las estrellas, un encantador gentleman británico y un genio. Y, pese a sus constantes cambios de imagen, a sus extraordinarias innovaciones musicales y a su espontánea encarnación de lo cool, también fue un muchacho común de la periferia londinense que logró transformarse gracias a su voluntad en una exótica y excéntrica criatura con un sano y vehemente desdén por los complejos y las normas de la sociedad.