Las páginas de Bodas y El verano, reunidas aquí y confundidas en la especie de gloria meridiana de sus títulos, revelan las corrientes ocultas que alimentaron la obra de Albert Camus.
Bodas es en cierto sentido el fragmento de un diario de viaje espiritual, morosamente detenido en el éxtasis de una tierra en la que nada ocurre fuera de ella misma, de su propia y oscura fuerza vital. Los escritos de El verano tienen en la tenacidad y en la aspereza que distingue a su hermosura la marca histórica que llevan los escritores que, después de la última guerra, en vez de resignarse a la muerte del espíritu, ponen todas sus energías en la lucha por su supervivencia.