En 1933, en plena época de la república, Lorca trabajaba intensamente en uno de sus proyectos más interesantes: la tragedia Bodas de sangre, al mismo tiempo que se afanaba en la dirección del teatro ambulante La Barraca, con el fin de devolver el teatro al pueblo del que pensaba se había apartado, una de sus mayores ilusiones.
Como él solía decir El teatro es cosa de poetas.Adscrito a la llamada Generación del 27, el poeta, prosista y dramaturgo español Federico García Lorca está considerado unánimemente como el poeta de mayor influencia y renombre de toda la literatura hispana del siglo XX y uno de los principales baluartes del teatro español de su época.
La obra de Lorca es el claro reflejo de un sentimiento trágico de la vida, en ella conviven la tradición popular y la culta y se alimenta de obsesiones, utilizando frecuentemente símbolos y concediendo a la metáfora un importante protagonismo, y utilizando a menudo la elipsis para profundizar en los valores del espíritu tradicional de su tierra y de sus gentes.