El libro Tibetano de los Muertos nos recuerda pues, que si en cada momento pudiéramos ser consientes de esta muerte-vida cotidiana, seguramente estaríamos mas despiertos y nuestra vida adquiriría una dimensión mucho mas rica. Nos explica las etapas del proceso que sigue el hombre después de la muerte. Este proceso empieza ya en los momentos mismos de morir, en los que aparece ante el agonizante La Gran Luz, fuente de toda energía y vida con la que el difunto pueda despedirse y alcanzar así la liberación.
El libro Tibetano de los Muertos señala insistentemente la importancia de las enseñanzas contenidas como preparación a esta circunstancia crucial, explicando por otra parte, como estas pueden ponerse en práctica estando en vida. Si en estos momentos nos se tiene otro tipo de enseñanza, aunque se poseyeran conocimientos vastos como el océano, no servirían de Nada.
Incluso existen monjes observadores de la regla o doctores en metafísica que, confundidos, no reconocen la luz en esta fase y van errantes por el mundo fenoménico... Pero incluso, el ultimo de los que en vida experimentara este conocimiento, aunque fuera de manera poco refinada, pero diligente y sin tacto, inculto y de vestir ordinario
únicamente por el hecho de haber confiado en esas prácticas esotéricas obtendrá la liberación es esta fase.
El libro Tibetano de los Muertos nos recuerda pues, que si en cada momento pudiéramos ser concientes de esta muerte-vida cotidiana, seguramente estaríamos mas despiertos y nuestra vida adquiriría una dimensión mucho mas rica.