Herman no es como los adolescentes de su edad. No es uno de esos estudiantes que aprueban todas las materias y son adorados por sus profesores. No es de los muchachos populares y tampoco es un bully, uno de esos que lo acosan y lo golpean a diario.
Hermann no se parece a ninguno de sus pares, o a nadie que conozca, de hecho, La persona con la que Herman se identifica e idolatra es el Carnicero, un brutal asesino serial. Después de otra golpiza por parte de los chicos que detesta en un colegio, Hermann regresa a su casa y no solo descubre que su padre ha muerto, sino también que era el Carnicero, el hombre al que todos temen y a quien él adora.
Así es como Hermann opta por continuar con el legado de su padre.