Aunque Cleo sabe que debería alegrarse de que su hermano haya conocido a alguien tras la repentina muerte de su primera esposa, hay algo en su esquiva nueva novia, Evie, que no termina de gustarle.
Cuando Evie empieza a sufrir pequeños accidentes en casa -una quemadura, una mano rota- sus amigos no pueden evitar preguntarse si Mark podría estar haciéndole daño, aunque Cleo sabe que él sería incapaz de hacer algo así.
Una noche, la policía recibe un aviso y lo que encuentra al entrar en la casa son dos cuerpos enredados entre sábanas ensangrentadas. Solo uno tiene pulso.