Según muchos historiadores del arte, la aventura del arte moderno surgió en la década de 1870 en París, cuando un grupo de artistas, los impresionistas, empezaron a pintar con pinceladas rápidas e imprecisas. En vez de ampulosas escenas heroicas, retrataban la vida cotidiana y huían de la influencia del círculo tradicional de galeristas organizando sus propias exposiciones.
Una vez superados los principios academicistas, nada les podía detener. En un constante deseo de desafiar, innovar e inspirar, los nuevos estilos artísticos se fueron sucediendo: simbolismo, Expresionismo, futurismo, Dadaísmo, arte abstracto, Realismo renovado, Surrealismo, Expresionismo abstracto, pop art, arte minimalista y arte conceptual.
Este compendio imprescindible ilustra la energía incontenible del arte moderno (desde 1870 a 2000) a través del análisis introductorio y la enumeración, año a año, de las más revolucionarias obras de arte, aquellas que, rompiendo barreras, pusieron en jaque a los cánones establecidos. Con descripciones detalladas de las obras y sus artistas y reseñas sobre los movimientos más relevantes e influyentes.