Si prescindiéramos de las imágenes y los sonidos, nuestros recuerdos serían una sucesión de olores percibidos desde la infancia.
A partir de esta original propuesta, Philippe Claudel ha reunido en esta colección de textos breves una serie de momentos rescatados de su memoria por el poder evocativo de los aromas que los acompañaron.
El perfume intenso de la tierra negra, de los ríos oscuros y los bosques de abetos de su Lorena natal, la fragancia de la loción de su padre, en contraste con su ausencia en la casa inodora y vacía tras su muerte: tan solo una muestra de la infinita variedad de olores asociados a los objetos, lugares y gentes que jalonan una vida.
Aromas del hogar familiar, de la adolescencia, del internado, de los primeros amores. Olores que fascinan, que incomodan, que hacen soñar, y que van conformando la identidad de un ser humano, cada uno de ellos convertido, mediante la prosa traslúcida y elegante de Claudel, en un elixir mágico que fascina por la fuerza de su pureza y sencillez.
Más allá de un mero ejercicio de introspección intimista, estos textos son un homenaje a la tierra que lo vio nacer, a las personas relevantes de su vida, así como una celebración de todos aquellos instantes de plenitud con que suele regalarnos la existencia.