“Aquella noche de octubre” parte de un acontecimiento real en la familia de los Martini. En una noche de octubre de 1975, su madre y su hermana Fátima, quienes se encontraban en su domicilio, escucharon unos ruidos, al parecer, solo perceptibles para los oídos de ambas, tanto así que ni los caninos de la casa se inmutaron ante quellos alarmantes sonidos “como si se estuviera ametrallando en frente de la casa”, relata Martini.
Carlos Martini cuenta que dicha historia, la escribió antes del accidente en el cual se rompió la cadera, por lo tanto, no pudo continuar. Al reconocer su situación, recurre a su hermana, Ana Martini, para plantearle si se animaría a darle continuidad a la redacción y así lo hizo. Don Carlos admite desconocer el final de la obra, puesto que recién se animará a leerlo posterior a su lanzamiento.
La narrativa que caracteriza a Don Carlos, no hace la excepción en esta ocasión, de tinte melancólico, dramático, psicológico y de suspenso, desarrolla los hechos en los años 70, exponiendo con sumo detalle las fechas, los años y descripciones que sumergen al lector.
“Los años 70, fueron los años claves”, cuenta Martini y explica que el motivo de la elección de la década, se debe a una sucesión de hechos que marcaron su vida:
“En diciembre del 75, ya estaba siendo buscado por la policía, porque formaba parte de una organización de estudiantes secundarios antidictatorial, me asile en la embajada de Venezuela, salí y finalmente quedé en manos de los militares, que lo detuvieron 6 meses. Fue una década muy fuerte en la cual, se separaron mis padres, la familia se desintegró, nos mudamos de un lugar para el otro”. Sin embargo, atesora grandes alegrías de una Asunción que casi ya cuesta imaginar. “Los grandes cines como: el Victoria, Roma, Granados, Splendid”.