Años luz traza con exquisita sensibilidad los límites y contradicciones de ese estado evanescente de plenitud y bienestar que llamamos felicidad y que anida en lo más profundo de todo ser humano.
La escritura diáfana, leve y luminosa de Salter nos asoma al interior del matrimonio de los Berland, cuya vida transcurre entre Manhattan y una vieja casa al norte de Nueva York.
Allí, en una suerte de paraíso natural, rodeados de prados y con vistas al río Hudson, Viri, arquitecto al que le apasiona su profesión, y Nedra, una mujer de marcado carácter y una rara elegancia, disfrutan de los paseos, las cenas con amigos y los incontables momentos de sosiego dedicados a jugar con sus dos hijas.
Sin embargo, detrás de esta apariencia idílica, el lector descubre las finas líneas de fractura que asoman en la superficie y se van convirtiendo en grietas hasta que, finalmente, desfiguran el paisaje sin posibilidad de reparación.