Cleo Connelly era una teniente de la Policía de Nueva Orleans, vivía feliz y nunca antes había probado el BDSM. El único azote que había recibido era el que le diera su padre cuando, de pequeña, hacía alguna travesura. Pero ya habían pasado seis días desde que se enteró de la desaparición de su hermana, Leslie, y se había metido de lleno en el caso en el que esta participaba. Ahora es una agente del FBI infiltrada en un torneo de dominación y sumisión en el que interpreta el rol de sumisa, mientras intenta descubrir la identidad de los diseñadores de la droga popper y de los traficantes de blancas que el FBI persigue.
Unos días antes, el corazón de Cleo estaba entero y era libre. En estos momentos, intenta recomponerlo después de que Lion Romano, el agente a cargo de la operación e instructor de su doma, lo rompiera y lo pisoteara sin compasión.
El amor es un juego de fantasías y realidades al que, tarde o temprano, todos nos sometemos.