Cuando hablamos de Frecuencia Índigo nos referimos a un grado o nivel de conciencia, a un escalón en la evolución individual y planetaria. Nuestra acepción de la expresión Índigo va más allá del color del aura: es sinónimo de transformación y consideramos que lo que ella designa está latente en todo ser humano, de modo que utilizaremos los términos Índigo o Frecuencia Índigo para referirnos también a los procesos internos que nos llevan a un cambio profundo, a ampliar nuestra conciencia y nuestra perspectiva de la realidad.
Es muy difícil establecer parámetros fijos que determinen el nivel de vibración en el que se encuentra cada ser humano, porque la evolución es un proceso y, como tal, no es lineal: abarca múltiples dimensiones. La presencia de la Frecuencia índigo en el color de las auras de los Nuevos Niños es el comienzo de la manifestación de un cambio que en gran medida se mantenía latente; tal es el caso de los llamados Pre-Índigo . Los colores de algún modo marcan un nivel de vibración, un patrón energético (Violeta, Índigo, Cristal), pero siguen siendo un rótulo, una etiqueta.
Por eso, en este libro, cuando hablamos de Frecuencia Índigo estamos comprendiendo a los Violeta, a los Violeta-Índigo, a los Índigo, a los Índigo-Cristal y a toda la gama que exprese el proceso evolutivo en sus transiciones o diferentes etapas. Ahora, si transcendemos la cuestión del color en sí y nos enfocamos en el contenido de esa Frecuencia, en la expresión encarnada del cambio que realmente somos, podemos adentrarnos en la infinita cantidad de matices que nos presenta el universo en la forma de un ser humano adulto.