Zlatan Ibrahimovic ya no necesita mostrar su fuerza ni recordarnos los grandes éxitos deportivos que lo convirtieron en un campeón único en el mundo, por lo que decide desnudarse, de manera sincera y honesta, para contarnos cómo cambia un dios del fútbol y afronta los años futuros sin hipocresía, con la madurez y las dudas que hay que aprender y aceptar.
En armonía constante entre la adrenalina y el balance, el jugador se revela en una narración llena de confidencias y anécdotas, donde hasta el miedo encuentra espacio entre los pliegues del campeón, junto a la dulzura y la fragilidad, sentimientos que se suman a la fuerza, la determinación y el coraje que han llevado al pequeño de Roseng Ñrd a la cima del mundo, desde donde ahora nos habla de los entrenadores y los penales, los vestuarios, los rivales y la pelota, pero también de la felicidad, la amistad y el amor.