Los rituales son un lugar de encuentro conmigo mismo y con Dios. Los rituales me ponen en contacto conmigo mismo y con mi centro. Al realizar una acción sin ninguna utilidad exterior para el mundo, entro en contacto conmigo mismo, con mi verdadero núcleo interior.
Llego hasta mi centro. Tengo la sensación de estar y descansar en mí. Por ello, los rituales son los lugares donde encuentro a Dios. Realizo el ritual porque creo que Dios está conmigo. El ritual me abre al Dios presente; me permite encontrarlo. En el ritual dejo de huir de mí y de Dios. Me detengo y resisto. Escucho mi interior y confío en que Dios está en mí, alrededor de mí, me abraza y quiere dirigirme su palabra.
Este libro contiene el desarrollo de los siguientes temas:
- Configurar el día.
- Vivir el año.
- Profundizar la vida.