Esta es la historia real de un niño brasileño, de procedencia muy humilde, que acaba convertido en el mayor sicario del mundo.
A través de los ojos de Klester Cavalcanti descubrimos a Júlio Santana, un hijo leal, un hombre de familia, un devoto cristiano al que su conciencia atormenta cada vez que le piden que dispare a matar. Pero el Brasil en el que crece es un país sin ley, y el respeto por la vida ajena, un lujo que Júlio no puede permitirse. A los 17 años, y aleccionado por su tío, se estrena en el asesinato. Para su desgracia, demuestra tener talento natural para ello. Tendrán que pasar varias décadas, y casi 500 muertos, antes de que reúna el valor para dejarlo.
El retrato que emerge de la narración de Cavalcanti, basada en siete años de conversaciones entre el autor y Júlio Santana, no solo habla de un hombre, sino también de un país. Y demuestra hasta qué punto, en ocasiones, una carrera en el mundo del asesinato por encargo puede ser no muy distinta a cualquier otra.