Una aguda crónica del día a día ese año decisivo en la política internacional contemporánea. Una herida abierta con el asesinato del archiduque Francisco Fernando que no cicatrizaría hasta la guerra de los Balcanes en 1991.
Después del armisticio del 11 de noviembre de 1918, cinco terribles años concluyen. Cinco años que han visto el surgimiento de las armas químicas, los bombardeos generalizado, el estancamiento de los ejércitos y causar diez millones de muertes. Cuando el fin de la guerra era imprevisible, hubo un hombre que tuvo fe en el valentía de sus soldados y en la República de Francia. Este hombre fue Clemenceau.
Pero si el Tratado de Versalles en 1919 inauguraría un nuevo mundo también, a partir de ese momento, se sembraría la semilla de la frustración y la venganza que no pararía de crecer a lo largo del siglo XX: el ascenso del fascismo, la inestabilidad social y las disputas territoriales, además de una crisis ecónomica sin precedentes de la que los imperios desintegrados serían las principales víctimas.